Al contemplar
la naturaleza y entrar en contacto con esa sabia energía todo lo externo se
vuelve sin valor. Sólo estás tú sintiendo una gracia sutil y magnifica.
No importa el ayer ni el mañana, en su
justa medida todos los sentidos se centran en un presente, en un espacio que no
alcanza para ser cuantificado por el tiempo. Eres tú fuerte y confiado con la
entereza de seguir adelante… aprender de las nuevas experiencias, gozar con una
sonrisa e impregnarse de la calidez y ternura del cosmos- hombre que en una
danza en espiral dejan de ser dualidad para convertirse en unidad.