La misma andanza de la realidad tropieza y abofetea mi rostro de premisas inesperadas y tormentos premonitores. Sé que el camino fortalece al guerrillero que en virtud de su fuerza interior y bajo la seguidilla de propósitos va recogiendo raíces que posteriormente servirán en la plantación del bosque soñado. ¡Sed de canalizar la estrepitosa corriente!
A pesar de la preocupación, puesto que el castillo se va desmoronando, no debe perderse la esperanza. Mantener encendida ésta llama, contemplar y aprender a reaccionar cuando sea necesario. Ocuparse por aquello que este a nuestro alcance y obviar (en paz intuitiva) la tarea que en manos de otros debe ser realizada. Dejando también manifestar la corriente de la vida que se encargará de resolver lo que por parte humana desliga el compromiso.
Siendo la vida un misterio, hoy no me cansaré de perseguirla!!!
Carito